Eurovisión

Apuesto mis trilogías originales a que muy poca gente se perdió la gala de Eurovisión el sábado pasado por la noche. Al no ser que no seais europeos o estubieseis haciendo algo que realmente merecía la pena. Yo por mi parte, estaba cenando con el grupo de teatro. Aunque nos tiraron las esperanzas de ganar por la borda en menos que canta un gallo, recuerdo como se puso el bar entero de pie y comenzó a cantar al ritmo del briquindans, el cruzaito, el maiquelyason y el robocó.

Sin ningún temor, puedo decir que, aunque se esperaba una derrota, los puntos alcanzados fueron mayores que en muchas ediciones, llevando a pensar que no solo los españoles votamos la gracia antes que la calidad. No recuerdo muy bien la actuación de Rusia, pero evidentemente, ellos si que iban a ganar, y lo hiceron. Lo hicieron, ¿no? Por entonces ya habían pasado varias sangrías por mis manos.

En conclusión. Yo no voté ni a Rodolfo ni a ningún otro, pero, viendo la calidad de los que se presentaban, hubiera hecho como la mayoría. Votar al de la canción graciosa. Si el año que viene se sigue con este sistema, me voy a juntar con tres amigos y a cantar cualquier cosa que luego Buenafuente publicite. Recordad, voten a la piñata frikie, el musical.

Os dejo el video de Eurovisión, para verlo atentamente. Aunque, e incluso pudiendo no haberlo visto, sabemos exactamente lo que sale.