The Pursuit Of Happyness (en busca de la felicidad)

Una película impactante, que te hace bucear de lleno en la sociedad escalonada de la cultura occidental, donde los valores y la moral tienen precio, y la búsqueda de la felicidad se reduce a ascender de puesto o de clase social; nos hace plantearnos valores tan ya en desuso como el amor y la familia, por encima de cualquier estamento, y la lucha por nuestros sueños ante cualquier adversidad.

No voy a decir que pocas películas consiguen emocionarme, por que soy un sensiblero de gelatina, pero esta de verdad que llega a los más duros, o los que finjan ser duros, por que es una dosis de realidad que muchos no quieren ver, o muchos prefieren no ver.

1981, Chris Garner (will Smith) es un hombre que se dedica a vender, de puerta en puerta de hospitales y consultas médicas, un aparato que la mayoría de los médicos considera un lujo innecesario, por ser excesivamente caro; esto no lo sabía cuando contrató vender un buen carro de estos aparatos; poco a poco la vida de Chris, su mujer y su hijo (Jaden Christopher Syre Smith), se va haciendo más díficil: el alquiler, las deudas, las multas, el colegio...todo esto se va acumulando a la par de las pocas ventas que realiza. En una de sus rutas diarias de ventas, se cruza con un hombre rico, y Chris le dice: "dos preguntas: ¿que haces?¿y como lo haces?" y este le responde: "soy agente de bolsa, solo se te tienen que dar bien los números y la gente"; a partir de ahí empieza la búsqueda de Chris de hacerse un hueco en la empresa de bolsa, persiguiendo al directivo a todas horas, hasta que al resolver un cubo de Rubik delante del directivo, este le concede la oportunidad de participar en un curso de iniciación de 6 meses, y si pasaba el examen podría formar parte de la empresa. El problema es que eran 6 meses sin cobrar. Chris acepta, y tras vender todos sus aparatos médicos, se ve sin ingresos, y tras la visita de hacienda, se ve en la calle; su mujer lo abandona con el hijo.

Lo que más me impacto de la película es la doble vida que tenía que mantener; asistía a las clases, rodeado de ricos y niñatos, haciendo pasar por uno de ellos para no llamar la atención, mientras que en cuanto terminaba tenía que ir corriendo a la casa de acogida, y si tenía suerte, pasar la noche bajo un techo. No voy a contar más, simplemente verla, que merece la pena, meterse en esta situación que incluso hoy en día, en esta época de crisis económica, se dan casos en todo el mundo, no hay que pensar que esas cosas solo pasan en las películas, porque además de ser un echo real, es algo que ocurre a diario.